Nos encantó quedarnos aquí. Rose es una persona maravillosa, super atenta y que transmite serenidad. Sus desayunos son los mejores, preparados con mucho amor. La habitación básica estaba bien, y aunque estaba asustada por tener que ducharme con agua fría, puedo asegurar que no estaba helada y no fue tan duro como imaginaba. Además hay unos perritos que siempre vienen a saludarte en cuanto llegues.